Envueltas en la oscuridad y el misterio, las criaturas del fondo marino viven en un mundo de profusión improbable, sobreviviendo con escasos alimentos y bajo una presión que reventaría los pulmones de los seres humanos.
Este entorno extremadamente hostil, que será el centro de atención esta semana en una importante Cumbre de los Océanos de la ONU en Lisboa, ha llevado a sus habitantes a desarrollar una prodigiosa variedad de características alienígenas y técnicas de supervivencia idiosincrásicas.
Una gran variedad de animales puebla las profundidades del fondo marino, a donde no llega la luz del sol.
Desde el calamar colosal, que ha envuelto con sus tentáculos la imaginación de marineros y narradores, hasta seres con ojos enormes y nublados, o cuyos cuerpos son tan transparentes como el cristal.
Uno de ellos es el rape, que con su aspecto diabólico iluminado por un faro incorporado, demuestra que la oscuridad del fondo marino está llena de luces.
Criaturas increíbles
Hasta mediados del siglo XIX, los científicos creían que la vida era imposible más allá de unos cientos de metros de profundidad.
Pensaron que no había nada allí, debido a la falta de luz, la presión, el frío y la falta de comida
Nadine Le Bris, profesora Universidad de la Sorbona.
Entre 200 y 1.000 metros, la luz se atenúa hasta desaparecer por completo.
A 2000 metros la presión es 200 veces la de la atmósfera. Desde llanuras abisales hasta trincheras cavernosas que se sumergen más profundo que el Everest, la existencia acuática continúa en una diversidad espectacular.
Cuando la gente piensa en las profundidades del mar, a menudo piensa solo en el lecho marino, pero toda el agua en el medio está llena de animales asombrosos. Hay mucha vida.
Karen Osborn, Museo Smithsonian de Historia Natural.
Estos habitantes de las profundidades marinas se enfrentan a un desafío formidable: no tienen dónde esconderse.
No hay algas para esconderse, ni cuevas ni lodo para cavar. Hay depredadores que vienen hacia ellos desde abajo, desde arriba, desde todos lados.
Karen Osborn
La táctica de volverse invisible.
Algunas criaturas son rojas, lo que las hace difíciles de distinguir en un entorno donde la luz roja ya no se filtra. Otras se vuelven transparentes.
Tomemos el tomopteris, un gusano delgado y transparente, que varía en tamaño desde unos pocos milímetros hasta alrededor de un metro de longitud y brilla a través del agua haciendo que sus frágiles extremidades se agiten. Parece una hoja de helecho.
Son animales maravillosos y disparan una luz bioluminiscente amarilla desde la punta de sus brazos. ¿Qué podría ser mejor?.
Según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, la bioluminiscencia es particularmente común entre los peces, calamares y algunos tipos de medusas.
Alrededor del 80% de los animales que viven entre 200 y 1000 metros producen su propia luz.
Este proceso químico puede ser útil para la defensa, la reproducción o incluso para encontrar alimento, pero nadie sabe con certeza por qué tantas criaturas lo desarrollaron.
Nieve de Mar
Sin plantas alrededor y con animales haciendo todo lo posible por esconderse, las criaturas en las profundidades del océano a menudo tienen dificultades para encontrar una comida viva.
Si tienes suerte y obtienes un poco de comida, ¡bingo! Pero es posible que no veas otro durante tres semanas
Karen Osborn.
Otra opción es darse un festín con los muertos. Las partículas orgánicas de las aguas superficiales –cuerpos desintegrados de animales y plantas, mezclados con materia fecal– se depositan en lo que se conoce como “nieve marina”.
Estos confeti de cadáveres son parte de un proceso que captura el dióxido de carbono en las profundidades del océano.
Son un salvavidas para muchos animales de aguas profundas, incluido el calamar vampiro rojo sangre que, contrariamente a su reputación, se alimenta pacíficamente de la nieve marina.
Cuando los gigantes marinos, como las ballenas muertas, se hunden en el fondo del mar, los carroñeros los reducen rápidamente a huesos.
El fondo marino, la ultima frontera
La mayoría de los océanos aún permanecen sin explorar y, de hecho, a menudo se afirma que sabemos más sobre la superficie de Marte que sobre el fondo marino de nuestro planeta.
Pero a diferencia de lo que ocurre en el espacio, en el fondo marino, los científicos siguen encontrando vida incluso en las condiciones más hostiles.
Los científicos han identificado hasta ahora alrededor de 250.000 especies marinas, aunque todavía puede haber al menos un millón por descubrir.
¿Podría haber un escurridizo monstruo marino acechando en las profundidades?
A pesar de medir más de 10 metros de largo, el calamar colosal solo se ha visto en muy raras ocasiones.
“No creo que vayamos a encontrar un megalodon”, dijo Osborn, refiriéndose al ancestro gigante del tiburón.
Es posible que los humanos no hayan explorado gran parte de las profundidades del mar, pero han dejado su huella a través del calentamiento global, la sobrepesca y la contaminación.
Los océanos se vuelven ácidos a medida que absorben más y más CO2, hay una prevalencia cada vez mayor de “zonas muertas” libres de oxígeno, mientras que se han encontrado microplásticos en crustáceos a una profundidad de casi 11 kilómetros en la Fosa de las Marianas.
La comida toca fondo en cantidades más pequeñas.
Nadine Le Bris dijo que las especies que “ya viven al límite en términos de oxígeno o temperatura” están siendo “perturbadas”.
