Es el LIBRO de los libros, para muchos es la Palabra de Dios, para otros es simplemente un libro que agrupa historias que alguien seleccionó al azar y que hace pasar por palabra divina.
Si lo has leído, no es posible negar que en tu vida cambió algo de manera radical, o crees fervientemente en todo lo que en ella está escrito o te conviertes en un detractor que no acepta las verdades que contiene.
En las próximas líneas trataremos en modo objetivo todas las cosas que hacen de este LIBRO, uno de los más, sino el más, controvertido de la historia de la humanidad.
INDICE
Composición de La Biblia
La palabra Biblia, proviene del latín biblĭa y este a su vez de la palabra griega βιβλία , la cual significa libros. De hecho La Biblia está compuesta en su totalidad de 66 libros agrupados en dos grandes secciones llamadas Antiguo Testamento y Nuevo Testamento.
Fue escrita durante un lapso de tiempo que abarca alrededor de 1500 años, entre sus autores, que son unos 40, se encuentran pastores, agricultores, sabios, reyes, médicos y legisladores.
Los idiomas en los que estos 66 libros que componen La Biblia fueron escritos son: hebreo antiguo, arameo y griego antiguo.
El Antiguo Testamento, compuesto de 39 libros, fue escrito en hebreo antiguo y algunas secciones en arameo.
El Nuevo Testamento, compuesto de 27 libros, fue escrito en griego antiguo.
¿Cómo y quién decidió los libros que componen La Biblia?
Esta es una interrogante que, quién por primera vez inicia a interesarse en La Biblia, se hace.
Veamos la conformación definitiva de cada sección de La Biblia por separado.
Conformación del Antiguo Testamento
El Antiguo Testamento está formado exactamente igual que el Tanaj hebreo. El Tanaj es el conjunto de libros sagrados del judaísmo.
La conformación definitiva del Tanaj inició alrededor del año 450 A.C. y fue confirmado definitivamente el 96 D.C. durante el concilio de Yavne (a pesar que antes de este concilio ya se había decidido todo), por el Sanedrín Judío en el que se definió los libros que conformaban el Tanaj.
Moisés escribió la Torá y Job. Josué escribió su libro y (según ciertos sabios) los últimos 8 versos de Deuteronomio. El libro de Josué fue terminado por Eleazar y Finees. Samuel escribió su libro, Jueces y Rut. El libro de Samuel fue terminado por Gad y el profeta Natán. David escribió el libro de los Salmos, agregando sus cantos a los libros de los ancianos (Adam (Sal 139:16), Melquizedec (Sal 110), Abraham (Sal 89), Moisés (Sal 90), Heman, Jedutún, Asaf y los tres hijos de Coré). Jeremías escribió su libro, Lamentaciones y Reyes. Ezequías y sus compañeros editaron los libros de Isaías, y de Salomón (proverbios, Cantar de los Cantares y Eclesiastés). Los hombres de la gran asamblea, (450 a.c.) editaron el libro de Ezequiel, los doce profetas menores, Daniel y el rollo de Ester (aunque estos fuesen originalmente escritos o dictados por sus respectivos autores). Esdras escribió su libro y las genealogías del libro de Crónicas. Crónicas fue terminado por Nehemías, hijo de Hacalías.
(Talmud; Bava Batra 14b-15a)
Una vez que se definieron los libros que conforman el Tanaj o Antiguo Testamento, no se aceptaron más inclusiones, dejando por sentado:
Cuando Hageo, Zacarías, y Malaquías murieron, el Espíritu Santo dejó Israel
Talmud, Sanedrín 11a, Tosefta Sotá 13:2.
Estos libros no fueron incluidos en el canon de los judíos, pero, por confusión, entraron a formar parte de la traducción griega (alejandrina) del Antiguo Testamento, y, de allí, pasaron a ser intercalados entre los libros de este Testamento en las Biblias “católicas”. No se citan en el Nuevo Testamento, a diferencia de los demás libros del Antiguo Testamento que los Apóstoles utilizan constantemente. De hecho los eruditos católicos no suelen darles más que el rango de libros “deuterocanónicos”, o de segunda categoría, cuando se trata de su inspiración y autoridad, admitiendo que contienen elementos legendarios
(Diccionario de la Biblia, Haag, Born, Ausejo)
Conformación del Nuevo Testamento
Durante los primeros años de existencia del cristianismo, es decir desde la muerte de Jesucristo hasta el final del primer siglo, circulaban varios escritos atribuidos a los apóstoles que estuvieron junto a Jesús y que recibiendo la doctrina directamente de Él, eran considerados como fundamentales en la formación y crecimiento espiritual de los primeros cristianos.
En muchas de las iglesias que se fundaban, se mantenían estos escritos, que venían leídos en alta voz durante los días de congregación y de culto.
Existían listas con estos escritos para evitar que se despacharan por ‘verdaderos’, manuscritos falsamente atribuidos a los apóstoles.
La más antigua de estas listas de la que se tiene evidencia, es el Fragmento Muratoriano, en donde constan los nombres de los libros que el autor consideraba admisibles, además de sus comentarios personales sobre el contenido de los mismos.
Esta lista, escrita en latín, fue descubierta por Ludovico Antonio Muratori en el año 1740.
La lista tiene como fecha de elaboración el año 170 D.C.
Los libros mencionados en esta lista son aproximadamente los mismos que se tienen hoy como parte del Nuevo Testamento, con algunas variaciones.
A principios de los años 200, Orígenes de Alejandría pudo haber estado usando los mismos veintisiete libros que actualmente forman el Nuevo Testamento, aunque todavía había disputas en ese entonces sobre la autenticidad de la Epístola a los Hebreos, Santiago, II Pedro, II Juan, III Juan, Judas y Apocalipsis, conocidos como los Antilegomena.
Así, mientras que hubo un gran debate en la Iglesia Primitiva sobre el canon del Nuevo Testamento, los principales escritos habían sido aceptados por casi todos los cristianos a mediados del siglo III
Ackroyd, P.R.; Evans, C.F., eds. (1970), The Cambridge History of the Bible 1, p. 308.
El primer consejo que aceptó el presente canon del Nuevo Testamento pudo haber sido el Sínodo de Hipona en África del Norte (393 D.C.); las actas de este consejo, sin embargo, se han perdido. Un breve resumen de las actas fue leído y aceptado por los Concilios de Cartago en 397 y 419.
División en Capítulos y Versículos
La Biblia, además de estar dividida en Antiguo y Nuevo Testamento, está dividida en Libros que a su vez están divididos en capítulos, los capítulos además están divididos en versículos.
La pregunta nace espontánea, ¿Cuándo, quién y porque realizó esta división?
Se dice que la división de la Biblia en capítulos se debe al clérigo inglés Stephen Langton, quien se desempeñó como arzobispo de Canterbury.
La llevó a cabo a principios del siglo trece, cuando daba cátedra en la Universidad de París.
Anteriormente, los estudiosos de la Biblia ya habían probado diferentes formas de dividirla en porciones o capítulos con la intención, de facilitar las búsquedas.
Los eruditos elaboraron varios sistemas incompatibles entre sí. Por ejemplo, en uno se dividió el Evangelio de Marcos en casi 50 capítulos, no en los 16 que tiene ahora.
En el París de la época de Langton, vivían estudiantes de muchos países que habían traído sus Biblias consigo. Pero alumnos y profesores tenían problemas para referirse a los mismos pasajes. ¿Por qué? Porque la división de sus manuscritos no coincidía.
De ahí que Langton creara una nueva división de capítulos.
La difusión de estas divisiones fue tan bien recibida, que incluso por razones prácticas fue adoptada por los propios judíos.
El rabí Salomon Ben Ismael, las insertó por primera vez en manuscritos del texto hebreo alrededor del año 1330 d.C.
La primera división de los capítulos se debe al rabino Mardoqueo Natán quien subdividió con números los capítulos propuestos por Stephen Langton para el Antiguo Testamento
La división de capítulos de Langton es la que usan la mayoría de las Biblias hoy.
División en Versículos
A mediados del siglo dieciséis, el conocido impresor y humanista francés Robert Estienne facilitó aún más las cosas.
Su intención era fomentar el estudio de la Biblia, y se dio cuenta de lo práctico que sería tener un único sistema de numeración tanto para capítulos como para versículos.
Estienne no fue el primero a quien se le ocurrió dividir el texto bíblico en versículos.
Siglos antes, por ejemplo, copistas judíos habían dividido el Tanaj (o Antiguo Testamento) en versículos, pero no en capítulos.
Al igual que ocurrió con los capítulos, no había un único sistema de numeración.
Estienne dividió el Nuevo Testamento con una nueva numeración de versículos y los combinó con los del Tanaj.
En 1553 publicó la primera Biblia completa en francés con prácticamente la misma división de capítulos y versículos que tenemos hoy.
Algunos críticos alegaron que la división en versículos fragmentaba el texto bíblico como si se tratara de frases sueltas y sin conexión entre ellas.
Con todo, otros impresores adoptaron rápidamente este nuevo sistema.
En 1565, Teodoro de Beza inscribió los números de los versículos propuestos por Robert Estienne, en el interior del texto mismo.
En 1569, Casiodoro de Reina publicó en Basilea (Suiza), la primera traducción completa de toda la Biblia al idioma español, y en ella incluyó la división actual de capítulos y versículos.
¿Porque hay tantas versiones de La Biblia?
Tal vez has escuchado términos como: “Biblia Católica” o “Biblia Protestante”. Pero en realidad La Biblia no pertenece a religión alguna, esto a pesar que, como hemos dicho, el Antiguo Testamento es idéntico al Tanaj hebreo.
Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que La Biblia no pertenece a religión alguna, sino mas bien muchas de las religiones que existen son basadas en lo que en ella está escrito.
La Biblia pertenece a la humanidad, ya que en ella está contenida la Mente de Dios y los Principios de Vida con los que Dios quiere que el ser humano viva su existencia.
La razón por la que se escuchan los términos mencionados, radica principalmente en la conformación de los libros que en ella contiene, la mayor parte de las Biblias que no incluyen los libros apócrifos, vienen denominadas “Biblias Protestantes” mientras que las que incluyen estos libros, son llamadas “Biblias Católicas”.
No importa cual de ellas decidas leer, encontrarás siempre en su lectura la mayor fuente de riqueza que el ser humano pueda obtener.
Traducciones de La Biblia
Debido a que el Antiguo Testamento se escribió en hebreo y el Nuevo Testamento en griego que se hablaba por toda persona medianamente culta en las tierras bíblicas durante el primer siglo, es evidente que nosotros no podemos conocer La Biblia sino a través de traducciones que viertan al castellano el sentido de aquellos escritos, redactados en lenguas antiguas.
Traducir la Biblia es tarea ardua, pues los idiomas en cuestión difieren mucho entre sí en su construcción gramatical, en sus conceptos fundamentales.
Si la traducción es demasiado literal, se comprende mal por el lector de hoy; pero si es demasiado libre, podría no darnos el sentido exacto del texto original inspirado.
Todos comprenderán que la obra de distintos traductores puede variar en su forma verbal aun cuando coincidan en el sentido esencial del pasaje.
Las mejores traducciones suelen ser fruto del trabajo de comités de traductores cuyos miembros comparan y cotejan su obra entre sí antes de la publicación.
La Biblia ha sido traducida completamente a 438 idiomas y de forma parcial al menos a 2454 idiomas
Actualmente existen las Sociedades Bíblicas que se encargan de la conservación del Libro Sagrado y promueven su distribución a nivel mundial.
Cuando se inventó la Imprenta Moderna, su inventor el alemán Johannes Gutenberg, decidió que la Biblia sería el primer libro en salir de su rotativo. Esta edición es conocida como la Biblia de Gutenberg.
¿Qué contiene este Libro que lo hace especial?
Sería arduo comentar en pocas lineas el contenido de 66 libros, pero podemos mencionar que:
Dios se revela parcialmente al hombre a través de la revelación escrita que nos lleva a conocerle en la medida que Él ha ordenado.
El Centro de la Biblia es Jesucristo, el Dios-Hombre y el Verbo Encarnado.
Él manifestó la gloria de Dios en la tierra, y el proceso de revelación halla su consumación en su vida, muerte y resurrección.
Jesucristo es también el Redentor que murió para quitar el pecado del mundo, resucitando al tercer día para derramar su gracia salvadora sobre los hombres.
Por tanto, no sólo halla su consumación en su persona y obra el proceso de revelación, sino también la obra de redención que Dios ordenó en Cristo antes de la fundación del mundo.
La Biblia no es un libro de texto científico, ni fue escrita sólo para consignar hechos.
Los autores humanos utilizaron el vocabulario de su día y fueron guiados a emplear un lenguaje que pudiera entenderse por todo ser inteligente en todo tiempo de la historia.
Podemos estar seguros de que no hay conflicto real entre el relato bíblico y los hechos científicos e históricos si, en primer lugar, se ha entendido bien el texto bíblico y, en segundo lugar, se trata de hechos comprobados y no de hipótesis y teorías temporales.
La Biblia contiene la revelación que Dios nos ha entregado en forma escrita con el fin de hacernos comprender el plan de redención.
Razones para creer en La Biblia
Ahora que conocemos un poco más sobre la historia de la Biblia, quiero compartir algunas razones por las que se considera a la Biblia como la Palabra de Dios dada al mundo.
Un Libro único
No existe otro libro al mundo que tenga las características de la Biblia, esto a pesar de haber sido escrito como ya lo mencionamos, durante un periodo de tiempo que abarca 1.500 años de la existencia de la humanidad sobre la tierra.
Mas de 40 autores con un mismo mensaje central y univoco. La historia en ella escrita abarca además 3 continentes: Europa, Asia y África.
¿Qué posibilidad existe que diferentes autores, de diferentes épocas, en diferentes lugares del mundo, con diferentes estados de ánimo, con diferentes lenguas, hablen acerca de lo mismo?
Es asombroso que a pesar de todas estas cosas, la Biblia tiene el mismo mensaje central: Jesucristo como salvador del mundo.
Es única en su contenido, pues en ella se pueden encontrar profecías, historias, emociones, personalidades y testimonios.
¿Alguna vez has visto a autores de libros hablar de sus errores y defectos como lo hace la Biblia?
La Biblia no es la clase de libro que cualquiera escribiría, ya que trata con mucha franqueza acerca de los errores de sus personajes.
Un Libro perseguido y atacado a lo largo de la historia
La Biblia ha sobrevivido a múltiples persecuciones, y entre ellas resalta la del emperador Diocleciano, el cuál en el año 303 d.C dio un mandato “para destruir a los cristianos y a su libro sagrado”.
Él ordenó que las iglesias fueran destruidas y que las escrituras fuesen eliminadas por el fuego. No consiguió su proposito.
Después que el emperador romano Constantino, declaró que la religión cristiana sea permitida en el imperio romano, y que como consecuencia provocara que los cristianos se dividieran formando una parte de ellos la iglesia católica (agregando a sus doctrinas muchos de los ritos de la religión romana que se practicaba en el imperio), y la otra que se refugió fuera del territorio romano para conservar la pureza de la doctrina de la Biblia.
Inició así el periodo más difícil en la conservación de las Sagradas Escrituras.
La iglesia romana (católica) prohibió la lectura y la difusión de la Biblia entre el pueblo, llegando inclusive a afirmar que la única autoridad que podía leer e interpretar su contenido era la misma iglesia católica.
A pesar de esto, la Biblia sobrevivió a los ataques de la iglesia católica por evitar que el mundo conociera la Palabra de Dios.
François-Marie Arouet dijo que, cien años después de su época, el cristianismo sería borrado de la existencia y pasaría a la historia. Lo tremendo es que solamente cincuenta años después de su muerte, la sociedad bíblica de Génova usó la misma prensa y casa de él para imprimir Biblias. François-Marie Arouet murió, mientras que la Biblia aún sigue circulando.
La guerra que se hizo en Francia contra la Biblia durante tantos siglos llegó a su mayor grado en los días de la Revolución. Esa terrible insurrección del pueblo no fue sino resultado natural de la supresión que Roma había hecho de las Sagradas Escrituras. Fue la ilustración más elocuente que jamás presenciara el mundo, de las maquinaciones de la política papal, y una ilustración de los resultados hacia los cuales tendían durante más de mil años las enseñanzas de la iglesia de Roma.
A pesar de todos los ataques que ha recibido, la Biblia sigue siendo amada, leída y estudiada por millones de personas alrededor de todo el mundo.
Un Libro apoyado por la historia
Todo el Antiguo Testamento conserva gran parte de la historia del pueblo hebreo, y es ese mismo pueblo que se ha encargado de la conservación de todo el Antiguo Testamento.
Encontramos que lo que se cuenta tiene correspondencia con las historias de todos los pueblos.
“Hay alrededor de cuarenta reyes que vivieron desde 2000 a.C hasta 400 a.C. Cada uno aparece en el Antiguo Testamento en orden cronológico… con referencia a los reyes del mismo país y con respecto a otros reyes de otros países… posiblemente no podría caber en la imaginación una evidencia más fuerte de la precisión substancial del Antiguo Testamento que esta colección de reyes. Matemáticamente, es una posibilidad en 750.000.000.000.000.000.000.000.000 que esta precisión fuera una mera coincidencia.”
La integridad histórica del Nuevo Testamento, ya que fue escrito por completo después de la muerte de Jesús, y del que se han encontrado alrededor de 5.600 manuscritos en los que no existe sombra de contradicciones históricas en su contenido y la época en que fueron escritos.
Otros manuscritos como los de la Ilíada se han encontrado tan solo 643 , de los diálogos de Platón solo 49, y de toda la obra junta de Aristóteles solo hay 7 manuscritos.
Actualmente ha habido muchos hallazgos arqueológicos que respaldan lo dicho en textos de la Biblia.
Por ejemplo, se han encontrado inscripciones de piedra que se refieren al rey David y se han encontrado las ruinas de Jericó.
La Arqueología y la Biblia
Cuando en 1947 se hallaron los Rollos del mar Muerto, los eruditos por fin pudieron comparar el texto hebreo con lo que aparecía en estos rollos bíblicos de mil años de antigüedad.
Un miembro del equipo editorial de los Rollos del mar Muerto llegó a la conclusión de que un rollo “ofrece prueba irrefutable de que la transmisión del texto bíblico a lo largo de más de mil años a manos de los copistas judíos fue sumamente fiel y cuidada”.
“Aunque los papiros ofrecen abundante información nueva sobre detalles del texto, también demuestra una sobresaliente estabilidad en la trasmisión del texto bíblico a lo largo de la historia”
The Anchor Bible Dictionary
En vez de corromper el texto de la Biblia, la gran cantidad de manuscritos y la antigüedad de estos lo han hecho más valioso.
“Ningún otro libro antiguo dispone de testimonios tan tempranos y abundantes —escribió Frederic G. Kenyon—, y ningún estudioso imparcial negaría que el texto que ha llegado hasta nuestros días es sumamente fiable”.
En cuanto a las Escrituras Hebreas, el erudito William Henry Green afirmó: “Puede decirse con toda seguridad que ninguna otra obra de la antigüedad se ha transmitido con tanta exactitud”.
Conclusión y Reflexión
Hemos revisado algunos aspectos de La Biblia con la intención que se entienda lo que en futuros artículos afrontaremos en este Blog.
Como cristiano, no puedo separar de mi modo de vivir y pensar a este Libro que considero plenamente como la palabra de Dios, que cambió mi vida y que permite que todo el conocimiento que he acumulado en estos cortos 47 años, los comparta con el mundo para que lo poco que he podido aprender pueda servir a alguien que se encuentre en dificultad en resolver algo que a lo mejor pude solucionar en pasado.
No hablaré defendiendo religión alguna, sino defendiendo lo que en La Biblia está escrito.
Sea que consideres la Biblia la Palabra de Dios o no, te invito a que al menos una vez en tu vida inicies su lectura.
Os dejo esta reflexión que leí cuando era aun un niño, cuando recibí de alguna forma, que ya no recuerdo, una edición del Nuevo Testamento de bolsillo de Los Gedeones, y cuyo último párrafo no logro apartar de mi mente por su sencilla manera de exponer una verdad tan penetrante.
La Biblia
La Biblia contiene la mente de Dios, el estado del hombre, el camino de salvación, la condenación de los pecadores y la felicidad de los creyentes.
Sus doctrinas son santas, sus preceptos son comprometidos, sus historias son verdaderas y sus decisiones son inmutables.
Léala para ser sabio, créala para ser salvo y practíquela para ser santo.
Contiene luz para guiarle, alimento para sostenerlo y consuelo para alentarlo a usted.
Es el mapa del viajero, el cayado del peregrino, la brújula del piloto, la espada del soldado y el itinerario del cristiano.
Aquí se restablece el Paraíso y las puertas del infierno son reveladas.
Cristo es su gran tema, nuestro bien su diseño y la gloria de Dios su finalidad.
Debe llenar la memoria, gobernar el corazón y guiar los pies.
Léala lentamente, frecuentemente y en oración.
Es una mina de riqueza, un paraíso de gloria y un río de placer.
Es dada a usted en vida, será abierta en el juicio y recordada para siempre.
Ella encierra la responsabilidad más alta, recompensa la labor más grande y condenará a todos los que menosprecian su contenido sagrado.
Los Gedeones
