¿Están seguros de que saben realmente cómo les habla su amado gato? ¿Qué señales les envían los movimientos de su cola? ¿Cómo interpretan los olores? ¿Por qué se frotan contra sus piernas y qué significa cuando puntúan las orejas? ¿Están seguros de que el icónico maullido no es una forma de contarles algo único y personal?
A menudo considerados tímidos y solitarios, los gatos, descendientes de los felinos salvajes del norte de África, han logrado conquistar nuestros corazones.
Nos han convencido de proporcionarles refugio, alimento y cariño a través de una habilidad excepcional: la comunicación.
Aunque principalmente no verbal, esta comunicación gatuna se compone de maullidos, frotamientos, miradas, arañazos y, además, de sutiles señales como olores, movimientos de cola, orejas que se erizan y bigotes que se alborotan.
Cada aspecto de un gato tiene un propósito en su forma de comunicarse.
A lo largo de la historia, este lenguaje felino ha evolucionado y se ha adaptado para conectarse con sus humanos.
En este artículo, exploraremos el enigmático lenguaje de los gatos, que ha persistido a lo largo del tiempo y continúa siendo una fuente de asombro y comprensión mutua.
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Cuestión de arañazos
Según una encuesta, el 52% de los gatos que viven en casa tienden a arañar diversas superficies.
Sin embargo, lo que quizás no todos sepan es que, además de cumplir una función práctica, el acto de arañar es un valioso medio de comunicación.
Por un lado, las marcas dejadas por estos arañazos son señales visuales tanto para otros gatos como para los residentes humanos en la casa.
Pero, lo que es aún más interesante, las patas de los gatos cuentan con glándulas interdigitales.
Cuando un gato araña una superficie, estas glándulas liberan un rastro de olor que cumple un papel crucial en su comunicación.
En situaciones de tensión o conflicto dentro del hogar, los gatos pueden sentir la necesidad de arañar con mayor frecuencia, ya que esto les permite marcar su presencia y aliviar sus tensiones.
En tales casos, regañarlos resulta inútil, ya que cuando tu gato araña frente a ti, está intentando llamar tu atención.
Esto podría ser señal de hambre o frustración.
En lugar de regañarlos, es más efectivo proporcionarles una alternativa, como un poste rascador resistente cubierto de yute, cuerda de sisal o un tejido grueso.
Además, es importante ubicarlo en lugares estratégicos, como donde el gato suele arañar, duerme o cerca de la puerta de entrada, para satisfacer sus necesidades de comunicación y marcaje de territorio de manera adecuada.
Maúllo, luego existo
Los gatitos, cuando son aún cachorros, principalmente utilizan los maullidos para captar la atención de su madre gata.
Sin embargo, a medida que se convierten en adultos, los maullidos típicos se reservan casi exclusivamente para comunicarse con los seres humanos.
En resumen, utilizan los maullidos como un medio para establecer una conversación con nosotros y expresarnos sus necesidades.
“Nuestros gatos de compañía a menudo enriquecen sus maullidos con sonidos adicionales, como maullidos agudos o ronroneos. Al igual que las personas, algunos gatos son naturalmente más expresivos que otros. Algunas razas, especialmente las orientales, como el birmano y el siamés, son conocidas por ser especialmente comunicativas. Sin embargo, es importante destacar que muchos gatos domésticos, independientemente de su raza, recurren a los maullidos con regularidad para captar la atención de sus dueños”.
Entonces, ¿por qué los gatos recurren a los maullidos al interactuar con los humanos?
Según Sarah Brown investigadora, “a lo largo de más de diez mil años de convivencia con nosotros, los gatos han comprendido que no siempre entendemos su sofisticado lenguaje de olores, movimientos de cola y posiciones de orejas. Para asegurarse de que los comprendamos, recurren a la vocalización. Para estos maestros de la adaptación felina, ¿qué podría ser más lógico que utilizar las mismas vocalizaciones que en su infancia resultaron tan efectivas para llamar la atención de su madre?”.
La nariz no es suficiente
¿Alguna vez has pensado que tu gato solo utiliza su nariz para percibir olores?
Pues bien, esta no es la historia completa, o al menos no la única.
Los gatos, en su mayoría, detectan olores de la manera convencional, es decir, inhalando a través de su nariz.
Sin embargo, en el caso de ciertos olores, especialmente aquellos provenientes de otros gatos u otros animales, emplean un segundo sistema de detección que comienza a funcionar alrededor de las seis semanas de vida.
Este sistema se encuentra en una pequeña hendidura detrás de sus incisivos superiores, en el centro del paladar.
Para permitir que los olores ingresen, los gatos levantan el labio superior y mantienen la boca abierta por un momento.
El resultado es una expresión peculiar conocida como el “reflejo de Flehmen” (que significa “arrugar el labio superior” en alemán).
A menudo, los gatos huelen un objeto primero con su nariz y luego utilizan el reflejo de Flehmen.
Durante este proceso, adoptan una expresión que parece un tanto ensimismada y distante.
La cola hacia arriba
La cola del gato doméstico es una herramienta asombrosamente versátil.
Dependiendo de la raza, puede tener hasta veintitrés vértebras, lo que la hace muy móvil y se acompaña de una amplia red de músculos y nervios.
Esto les permite realizar movimientos variados, como elevarla, bajarla y moverla lateralmente, todo a diferentes velocidades.
Uno de estos movimientos es el famoso “levantamiento de cola“.
En este gesto, los gatos alzan su cola tan pronto como se cruzan con su interlocutor, y a menudo lo acompañan con un suave maullido para llamar la atención.
En ocasiones, incluso agregan un movimiento vibrante de la cola.
La frecuencia de uso del “levantamiento de cola” puede variar según las circunstancias y es más común en gatos domésticos que están ansiosos por satisfacer su apetito.
La cola del gato es una vía de comunicación mucho más profunda de lo que podríamos pensar.
Por ejemplo, cuando un gato se encuentra sentado y observando algo, su cola puede comenzar a moverse.
Esta agitación indica que el gato se siente estimulado, entretenido o emocionado.
A veces, también puede ser una señal que precede a la irritación, el juego o la caza.
La agitación de la cola puede intensificarse, lo que sugiere un aumento en el nivel de excitación o molestia.
Esto suele ocurrir cuando una presa o un juguete despiertan de repente un mayor interés.
En un contexto diferente, si alguien está acariciando al gato mientras está en su regazo, un aumento en la agitación de la cola podría indicar una sobre-estimulación.
En este caso, es una señal de que es momento de dejar de acariciar al gato si deseas mantener tus manos a salvo.
Mientras camina, es posible que mantenga su cola alineada con su cuerpo o en un ángulo de 45 grados respecto al suelo.
Si está sentado, es probable que suavemente enrolle la cola alrededor de su cuerpo.
En esta disposición, el gato se encuentra en un estado de ánimo neutro, sin un interés particular en interactuar con nadie ni nada en concreto.
Movimiento de las orejas
Las orejas de los gatos cuentan con una impresionante complejidad gracias a una intrincada red de músculos que les proporciona una movilidad excepcional.
Cuando un gato se encuentra en estado de alerta y actividad, sus orejas están en constante movimiento, girando y doblando ligeramente para captar los sonidos que provienen de diversas direcciones.
Sorprendentemente, las orejas tienen la capacidad de moverse de forma independiente la una de la otra.
Las orejas desempeñan un papel crucial en la comunicación de los gatos y actúan como indicadores de sus emociones.
Al igual que los caballos, las ovejas y los perros, que ajustan la posición de sus orejas en función de si están experimentando situaciones positivas o negativas, los diferentes ángulos y orientaciones de las orejas de los gatos nos brindan una visión de sus sentimientos en un momento dado.
Cuando un gato se encuentra relajado, alerta y en guardia, mantendrá sus orejas en una posición neutral, enhiestas y orientadas hacia adelante.
Esta posición es característica cuando los gatos se dedican a sus actividades cotidianas, ya sea en el interior o en el exterior.
El gato se frota porque sabe que estás ahí
El comportamiento de los gatos que implica el frotamiento, ya sea hacia los humanos o entre gatos, es ampliamente considerado como uno de los gestos más tiernos y cariñosos de estos felinos, y presenta múltiples variantes.
A menudo, este comportamiento comienza con el alzamiento de la cola cuando el gato se aproxima a una persona.
Una vez que el gato ha expresado sus intenciones pacíficas, procede a frotar su cabeza, costados e incluso su cola contra las piernas de la persona, llegando a rodear la pierna de la misma manera que lo haría con otro gato.
La interacción puede variar dependiendo de la postura de la persona, permitiendo al gato moverse entre las piernas, creando patrones en forma de ocho y llevando a cabo frotamientos vigorosos.
En términos generales, se observa que los gatos tienden a frotarse con mayor frecuencia cuando reciben atención de las personas.
Aquellos gatos que disfrutan de acceso al aire libre tienden a realizar estos gestos de frotamiento más a menudo que sus contrapartes que residen exclusivamente en interiores.
Esto podría deberse a la necesidad, similar a la de las colonias de gatos, de fortalecer los vínculos sociales al regresar a casa, al encontrarse con otros individuos con los que han socializado.
Conclusión - El lenguaje de los gatos
En conclusión, el mundo de los gatos es un fascinante y enigmático reino de comunicación no verbal.
Desde el frotamiento afectuoso hasta las complejas señales que emiten con su cola y orejas, los gatos tienen formas únicas de expresar sus emociones y deseos a los seres humanos.
Al entender y responder a su lenguaje sutil pero expresivo, podemos fortalecer nuestros lazos con estos adorables compañeros felinos y brindarles la atención y el cariño que merecen.
A través de esta comprensión, creamos un puente de comunicación entre dos especies diferentes, lo que enriquece nuestra convivencia y hace que nuestra relación con los gatos sea aún más especial.
